En un bosque lejano habitaba una Grulla, que siempre miraba las estrellas y quería volar y alcanzarlas.Cada noche se recostaba sobre el frío césped para admirar a sus estrellas y pensaba en lo feliz que sería al lado de ellas.
Una noche, una Tortuga viajera llegó al bosque, se quedó viendo a los árboles y arbustos, el sonido de la noche la hizo temblar, todo parecía muy tenebroso. La tortuga tuvo mucho miedo, como nunca antes lo había tenido y empezó a llorar.
La Grulla, que estaba muy cerca apreciando a sus estrellas, cuando escuchó el llanto se paralizó. También tuvo miedo, pensó que si iba en busca de aquél que lloraba podía salir lastimado, pero la curiosidad ganó y fue en busca de la Tortuga.
¿Por qué lloras Tortuga? Porque nunca me había sentido tan sola, respondió con lágrimas corriendo por sus mejillas. La Grulla permaneció en silencio y se dio cuenta que ella también estaba sola. No te preocupes, estoy aquí contigo, no estás sola, le dijo la Grulla. La abrazó y nunca se separaron. A lo mejor no vivieron siempre felices pero mientras estaban cerca, realmente eran felices.
P.S.
No se emocionen, es un caso aislado, no estoy segura si voy a regresar a escribir, sólo me di cuenta que no sé escribir cuentos.
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