Monday, March 8, 2010

Y las desigualdades son así de grandes

Y al caminar por este sendero descuidado y olvidado
veo como se desvanecen mis sueños más profundos
de mis cansados ojos brotan lágrimas pesadas
que se asemejan a mi sangre negra

De niña, deseaba salir de este basurero
aprender más de mil lecciones de vida
viajar por el mundo o al menos por mi país
trabajar por amor y no por necesidad
conocer al hombre de mi vida
y cientos de miles de sueños más

Pero nací en un país tercermundista y machista
y todos esos sueños se morían al nacer
por ser, yo, mujer
sí, la brecha de género es más profunda
que las heridas ancestrales de mi alma

Y camino con la incertidumbre de la mano
todo lo que quiero
y no puedo
todo lo que amo
y me es prohibido
todo lo que sueño
y se vuelve absurdo
a los ojos de este mundo insensible

Demasiado y tan poco
apenas se leer y escribir
todo lo que se lo aprendí escuchando
y viendo mi alrededor
un tanto tosco, pero sirvió

El sol quema mi triste rostro
con sus rayos perfectos perfora mi corazón
camino descalza y mis pies sucios dan pasos torpes
como deseo haber nacido en otro lugar
donde las oportunidades no se me negaran
por ser, yo, mujer
pero no fue así

Y tiemblo al pensar en mi futuro
no sé si existe tal cosa para mi
todo es borroso y confuso
carece de razón
lloro y clamo por ayuda
y todos parecen ignorarme y seguir su camino
nadie me escucha, les soy indiferente

Y esta sociedad me aplasta
por ser, yo, demasiado pequeña
e inútil, según ellos
y así viví por unos cuantos años más
hasta que una simple enfermedad, que es curable
me arrebató toda esperanza de vida
que, por cierto, era casi nula
y morí, otra de las 71,257 niñas guatemaltecas
sin futuro ni desarrollo integral

Y el cielo lloró otra pérdida
pero esas gotas fueron de esperanza para otras vidas
y la Madre Naturaleza juró vengarse
por tantas muertes de inocentes niñas.

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